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¿DE QUÉ DEPENDE EL ÉXITO DE CADA UNO?

  • Foto del escritor: Christian Eulerich
    Christian Eulerich
  • 25 ene
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 4 may

Antes de empezar quiero compartirte que soy un empresario, industrial, y después de años lidiando con sistemas que no funcionan, estoy cansado. Cansado de mercados, estados y gobiernos establecidos que hace tiempo dejaron de garantizar la dignidad humana. ¿Estamos dispuestos a revisar nuestras ideologías, prácticas económicas y organizacionales? En este blog visibilizo asuntos que hoy comprendo distinto; siempre existieron, pero mis privilegios los distorsionaban.


LOGRÉ TODO LO QUE ME PROPUSE.
LOGRÉ TODO LO QUE ME PROPUSE.

Bastante contenido se ofrece en las redes, bibliotecas, MBA’s sobre el éxito y cómo alcanzarlo. Supuestamente el que quiere puede construir su propio éxito y progresar. ¿Será así? ¿Es realmente tan sencillo y algo exclusivo de quienes saben como dar todo de si?


Me hice estas preguntas y fue como conocí las investigaciones de Pierre Bourdieu (1930-2002). Fue un sociólogo francés que revolucionó las ciencias sociales con su enfoque crítico y uno de ellos surgió a partir de sus observaciones al sistema educativo francés, cómo este no aportaba al progreso de todos por igual en Francia. Elaboró una teoría que explica, porqué las desigualdades sociales no solo se perpetúan en Francia, sino avanzan, aún cuando se asegura que el libre mercado, los buenos empleos, las tecnologías, la educación, la meritocracia, la movilidad social son herramientas disponibles en el mundo y al alcance de todos, sin excepciones.

Algo así como, el sol sale para todos, Christian. Entonces, el que quiere progresar lo puede hacer, porque el sol también salió para ella o él. ¿Será así?

Él visibiliza cuatro factores fundamentales y utiliza la palabra «capital» para la designación de cada factor, haciendo alusión al elemento que la mayoría entiende como la llave para el éxito: el Capital Económico. Para el sociólogo hay cuatro capitales que financian tanto lo material como lo inmaterial en nuestra vida y que contribuyen al viejo fenómeno de la desigualdad en el mundo.

1. Capitales sociales.

2. Capitales culturales.

3. Capitales simbólicos.

4. Capitales económicos.


Es bueno saber que, la desigualdad social se reproduce hace siglos no importa la ideología política del presidente que elijas en tu país o la corriente de pensamiento económico que impere donde vos vivís y trabajas. Veamos cómo funciona este mejunje según Bourdieu.


I LOS CAPITALES

Empiezo con el capital económico, porque lo conocemos bien y sabemos de él, tal vez por eso opinamos bastante en función a sus efectos, y sospecho, confundimos su verdadero aporte al progreso de algunos pocos. Son los recursos financieros y materiales, como dinero, propiedades, bienes que permiten acceder a otros bienes, servicios, lujos, etcétera.


Luego el capital cultural; los conocimientos, habilidades, educación. También los objetos culturales como libros o el arte, que son valorados en las sociedades. Este capital lo incorporamos desde niños en forma de hábitos, saberes, conocimientos, habilidades, las enseñanzas traídas de la casa. Tener libros, una pequeña biblioteca en la casa, obras de arte tiene un valor incalculable. Los títulos y certificados académicos son también parte de este capital. Esto yo lo articulé, gestioné sin ser consciente de ello y lo digo por experiencia propia, cuando me llevaban desde niño a nuestra imprenta, una industria en aquel entonces con 320 trabajadores. Era increíble ver y sentir como todos me recibían; de eso se tratan estos capitales, son situaciones, momentos que nos van construyendo muy distinto a otros.


LOS CAPITALES SE REPRODUCEN SIN PARAR EN EL MUNDO
LOS CAPITALES SE REPRODUCEN SIN PARAR EN EL MUNDO

Sigo con el capital social. Este también es bastante difícil de identificar, ya que no es material ni visible, pero juega un papel crucial al apalancar el éxito. Es complejo, porque también lo naturalizamos al haber sido siempre parte de nuestra vida, nuestras relaciones en ella, nuestra cotidianidad en las conexiones y redes de apoyo, contactos que utilizamos para ser emprendedores, obtener beneficios, acceso a recursos, contratos, oportunidades, alcanzar el éxito. Yo por ejemplo, esto lo veía como logro mío, merecido, naturalmente ganado por mí.

Algo así como que nadie te regalo nada y lo que tenés es porque te lo mereces.

Algo así Máximo y es hasta molesto que me lo pregunten, porque es como que desconfían de mi capacidad, como que no merezco mis éxitos. Sigamos con el capital simbólico, otro fuerte y tremendo. El reconocimiento, el prestigio y la legitimidad social. Este capital otorga poder a quien lo posee, y atención, porque resultan y emergen de los capitales anteriores. Por ejemplo, mi solo apellido ya conformaba mi capital simbólico como uno robusto en mi vida. Nunca me puse a pensar todo lo que mi apellido me propporcionó sin yo haber hecho algún esfuerzo para ello.


II LA DESIGUALDAD

Creo que todos tuvimos experiencias con estos capitales. Mientras leían seguramente ustedes ya identificaron en sus contextos de vida como activos o pasivos, pues no están distribuidos de manera igualitaria. Mucho depende del lugar donde nacemos, así las élites, los clanes familiares perpetuamos los capitales para mantener nuestra posición dominante, pero lo hacemos inconscientemente. Esta es lo interesante, porque aún así generamos tremenda discriminación, pero que la entendemos desde modelos que quieren tapar el sol con un dedo. Me refiero a las democracias, los polos tecnológicos aceleradores, las recetas para salir de la pobreza, los entes multilaterales, incentivos para créditos blandos, puedo seguir y seguir. Incluso hay Premios Nobel de Economía entregados para estos (necios) intentos. Para el que quiera asustarse, aquí les dejo un artículo al respecto.


Lastimosamente las instituciones como la familia, la escuela, el mercado laboral solo saben reforzar estas desigualdades, cuando legitiman ciertas formas de estos capitales y esto lo hacemos desde el fondo de nuestros corazones. Guste o no, el acceso desigual a los capitales viene generando una estructura de clases que se reproduce y reproduce a lo largo del tiempo, porque quienes poseen más capital lo transmiten exclusivamente a sus descendientes, conocidos y elegidos más confiables.


EMPECÉ MI COMPAÑIA EN UN GARAGE, SIN NADA.
EMPECÉ MI COMPAÑIA EN UN GARAGE, SIN NADA.

III LOS GARAJES

Es interesante recrear un caso, uno que se escucha seguido cuando grandes emprendedores de la talla de Steve Jobs cuentan sus historias de héroes y comentan haber empezado en un garaje, resaltando al capital económico como el faltante, invisibilizando los demás que él sí poseía, tan o más valiosos. Les invito a googlear sobre la tenencia de estos capitales de famosos como Warren Buffet, Mark Zuckerberg y casi todos los ejemplos que las tendencias y sus discursos dominantes citan, como demostración que TODOS podemos.

Yo creo que querer es poder, Christian. No te enojes conmigo, porque pienso distinto a vos.

Maximo, claro que no, yo pensaba igual. Hoy simplemente encontré más información para comprender, cómo la humanidad ha avanzado tanto en ciertos aspectos, sin embargo nuestras dificultades en la convivencia humanas son crónicas. Siento que con el aporte de este francés, tengo las razones; los recursos materiales y simbólicos para interpretar, cómo determinadas personas propiciamos oportunidades y también perpetuamos enormes desigualdades sociales en los demás.

Es decir, nadie puede cambiar su destino para vos.

No desconozco casos excepcionales, personas que con ninguno o solo uno de los capitales ha logrado lo suyo, pero son excepcionales excepciones. Y el mundo creo está habitado por personas comunes como vos y yo; vos sin capital, yo con los míos. No te enojes conmigo. Por supuesto que muchas más personas podrían cambiar su destino si otros visibilizamos estos fenómeno. Podria suceder, pero para eso quienes somos exitosos debemos dar algunos pasos, esta vez distintos.

Christian, ¿cómo puedo saber en qué creer? Porque lo tuyo es raro y encontré información que desmiente lo que decís.

Máximo, esto ya me dijiste antes. No se trata que tenga la verdad, sino que podamos conversar las verdades de todos. Algo que funcione y emprendamos juntos. Solo eso busco.Máximo, no se trata que yo tenga la verdad, sino que hagamos cosas que funcionen para todos. Solo eso.


Christian Eulerich



PD: Esta es solo mi opinión. Hay temas que, al conversarlos, movilizan nuestras ideologías y nuestras creencias de vida más profundas. Por eso, mis escritos están asociados a la dificultad de plantear lo incómodo de la economía en el contexto de mi entorno socioeconómico. Encontrar personas dispuestas a abordar estos temas no es sencillo. Aquí un 🔗 enlace para registrarte y recibir avisos sobre próximos posteos. Valoro que me hayas leído.




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