¿EMPEZARON REALMENTE SIN NADA Y EN UN GARAGE?
- Christian Eulerich
- 11 abr
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 5 may
Antes de empezar quiero compartirte que soy un empresario, industrial, y después de años lidiando con modelos que no funcionan, estoy cansado. Cansado de mercados, estados y gobiernos establecidos que hace tiempo dejaron de garantizar la dignidad humana. ¿Estamos dispuestos a revisar nuestras ideologías, prácticas económicas y organizacionales asociadas a este fenómeno? En este blog visibilizo asuntos que hoy comprendo distinto; siempre existieron, pero mis privilegios los distorsionaban.

Se escucha seguido historias seductoras, emprendedores que empiezan sin nada, en un garaje y luego el éxito llega merecidamente. Tal vez ya lo has leído o escuchado en varios sitios. ¿Empiezan realmente sin nada? Qué cosas no tuvieron a disposición Jennifer Lopez, Mark Zuckerberg, Warren Buffet, Jeff Bezos y tantos otros exitosos, hoy multimillonarios.
Quiero ser franco y advertir sobre los efectos que este artículo puede producir al leerlo: incomodidad y otras sensaciones. Pero aún así vale la pena, porque es valioso conocer otras posibilidades, explicaciones sobre el éxito ajeno, el esfuerzo. No solamente como nos vienen buenamente inculcando.
Christian, quisiera compartirte mi historia, yo sí empecé de cero, sin nada. Vos sin embargo recibiste todo de arriba, entraste a trabajar en una industria con 300 trabajadores y a vos te tocó nada más seguir. A diferencia mía o de Zuckerberg, nosotros empezamos literalmente en un garaje y de cero.
Es cierto, Máximo. Debo reconocer que heredé una imprenta funcionando, con nombre, trayectoria, buena facturación. No obstante, me juntaba con personas con historias similares a la mía y así también construí, iluso, mi propia historia de esfuerzo y mérito en función a lo que me entregaron servido. Y esto naturalmente no lo hice en solitario, me ayudaron tempranas narrativas familiares y posteriores discurso desarrollistas. También amigos, creencias y varios colegas empresarios. Esto me permitió naturalizar elementos que también los recibí con mi vida y fueron claves para mis logros, mis creencias del liderazgo, mis galardones, mi orgullo.
Pero tenés también tus méritos. Tampoco te quedaste ahí sentado esperando. Te arriesgaste, mejoraste bastante lo que te entregaron. Si mal no recuerdo, fueron la primera imprenta en Paraguay con el sistema de gestión de calidad ISO 9001. Y la empresa la recibiste técnicamente casi en quiebra, debido a inversiones que no resultaron en el ámbito de las telecomunicaciones, si mal no recuerdo.
No hay dudas de que estamos implicados en lo que nos ocurre dentro de la Economía, sobre todo cuando está asociada a nuestras profesiones. Los logros, los fracasos, los intentos que hacemos, ciertamente dependen de nosotros. Todos, de alguna manera, tendemos a preferir aquellas cuestiones que –tarde o temprano– terminan en algo concreto, visible, cerrado. Sin embargo, existen lógicas que van más allá. Lógicas con elementos que se juegan y que son tremendamente fuertes en la constelación y en el fundamento que sostiene aquello que intencionamos, producimos, creamos, emprendemos.
¿Cuáles son?

Elegí un caso para compartir aquí, Máximo, pero creo podríamos tomar a cualquier emprendedor, considerado por «el sistema» alguien exitoso. Empecemos con los datos sobre el inicio de una persona, que tampoco es necesariamente su inicio, pues considerando al ser humano como sujeto relacional ––que se construye con vínculos, estando, siendo y haciendo con otros––, no somos otra cosa que la internalización de lo que vivieron nuestro padres, abuelos y así sucesivamente. Somos historias acumuladas y lo presente obviamente también interviene; dónde nazco, que redes tengo, quiénes me conocen y que tipo de acceso a privilegios tengo.
Parece que no somos individuos auto-producidos que tomamos decisiones racionalmente y por eso tenemos éxito. Hablaremos de Jeff Bezos, quien se inicia habiendo nacido en Estados Unidos, no en Nigeria. Esto ya sitúa lo de él en un lugar, le da un sentido y no otro. Por más dedicación y esfuerzo que le pongamos, los resultados no serían los mismos; ser blanco, americano habilita cosas. Por ejemplo, le permitió graduarse nada menos que en la Universidad de Princeton. Organizaciones de renombre como esta, adjudican inmediatamente redes de contacto y mucho prestigio; esto es inmaterial pero casi tan valioso como el dinero. La historia continua; si bien sus padres no era millonarios, le prestaron, le regalaron, invirtieron USD250.000 en Amazon, 1995. Y esto fue clave para el inicio de su sueño.
Cuantos hijos de papá reciben y desperdician la oportunidad. Me parece que no sabés de lo que estás hablando, Christian.
Maximo, creo que estas mezclando. Es verdad, no todo el que recibe ayuda de sus padres, amigos, triunfa. Hay muchos que desperdician oportunidades. Precisamente, eso muestra que el éxito no se explica solo por haber tenido apoyo, pero tampoco es resultado exclusivo del mérito personal. Es una combinación de factores que involucra al contexto, estructuras, capital social, capital simbólico, amigos, contactos, apellido, la coyuntura. Y esto no es lo que los medios de comunicación, redes socio-digitales nos transmiten, visibilizan. O, ¿acaso sabías que los padres le facilitaron ese monto de dinero o que él tenia buenos contactos en Wall Street? Lugar y comunidad que logró torcer el brazo a Trump con sus recientes políticas arancelarias.
La historia de Bezos, Zuckerberg, Gates se cuenta de una sola forma y así aprendemos que absolutamente todo es posible, solo hay que desearlo. Te dejo este enlace por si quieras saber más sobre como funcionan otros capitales que no son el económico. El capital cultural, simbólico y el social. El económico parece ser el menos importante, Máximo.
Christian, vos tuviste algún problema con Jeff, parece que no le quieres. Ya sé, sos envidioso.
No le conozco. No estoy diciendo que el fundador de Amazon no trabajó, no merece, por favor, Máximo. Otra vez con tu mirada ideológica sobre los distintos temas que abordamos. Estoy solamente poniendo sobre la mesa, cómo historias como estas se leen como ejemplos universales, cuando en realidad cada una es un caso muy particular, sostenido por estructuras invisibles y que muy pocos tienen.
Tenés razón. Si alguien gana una carrera de 100 metros, lo admiro. Pero si después me doy cuenta que largó 5 metros adelante, tuvo unos calzados especiales y costosos entrenadores, ¿lo hace menos valioso? No. Pero claramente no es lo mismo que alguien que largó atrás y descalzo.
Exactamente. Lo que intento compartir no es una crítica a personas individuales, sino a cómo el sistema construye historias de éxito que ocultan las desigualdades. Y esto es lo que no vemos y terminamos creyendo que el fracaso es culpa de cada uno… y eso hace daño, desmotiva hace siglos.
Christian, ¿cómo puedo saber en qué creer? Porque lo tuyo es raro y encontré información que desmiente lo que decís.
Máximo, esto ya me lo dijiste antes. No se trata que tenga la verdad, sino que podamos conversar verdades donde todos quepamos. Algo que funcione y emprendamos juntos. Solo eso busco.
Christian Eulerich
PD: Esta es solo mi opinión. Hay temas que, al conversarlos, movilizan nuestras ideologías y nuestras creencias de vida más profundas. Por eso, mis escritos están asociados a la dificultad de plantear lo incómodo de la economía en el contexto de mi entorno socioeconómico. Encontrar personas dispuestas a abordar estos temas no es sencillo. Aquí un 🔗 enlace para registrarte y recibir avisos sobre próximos posteos. Valoro que me hayas leído.
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